Hace a penas unos meses que empecé a impartir talleres de estampación manual y me parece increíble haber tardado tanto en hacerlo. No sólo supone un aporte extra para mantener mi marca, si no que me aporta muchísimo a nivel profesional y personal.
Comunicar siempre me ha gustado. Hasta ahora me había limitado a hacerlo mediante lo artístico, a través de mis ilustraciones, textiles, etc. Después, llegó Instagram y su potencial, aunque a veces resulte agotador, me gusta mucho para contar historias, procesos y conoceros mejor.
Siempre me pregunté cómo sería enseñando una materia aplicada. Primero lo puse en práctica siendo madre, porque una de las cosas que nos salvó en el confinamiento fue la creación con todo tipo de materiales, cartón, arcilla, acuarela, etc.
Mi hija en ese momento tenía cuatro años y una disposición sin límites así que disfruté muchísimo. Ahora, y con el auge de los talleres presenciales, me lancé a organizar algunos para adultos. Primero el de estampar tu propio pañuelo y después el de estampar una flor. Son dos formas distintas de acercarse a la estampación manual.
Ésta es una técnica ancestral de reproducción en serie. Los primeros bloques que se hicieron fueron de madera y hierro. Con las vanguardias artísticas se empezó a usar el linóleo y la goma que usamos en los talleres es un sucedáneo de éste.
La goma o vinilo es tremendamente dúctil y suave para trabajar. Nos permite no solo estampar en textil, si no también en otras superficies. Es una manera, al alcance de todos, de decorar superficies, personalizar prendas, bolsas, hacer sellos para nuestros libros, etc.
Si te interesa este mundo puedes escribirme (xiana.cobo@gmail.com) y te informo de los talleres que impartiré próximamente.
¡Mancharse las manos siempre es un buen comienzo!